¿Te has fijado en que, últimamente, la frase ‘no me da la vida para más’ está en la boca de muchas mujeres?
¿Te has fijado si sale también de la tuya?
‘No me da la vida para más’ o ‘no puedo con la vida’ han sido las frases más repetidas en todos mis talleres y encuentros con mujeres de este año.
Y yo me pregunto, ¿por qué decimos esto?
¿Porque
- tenemos demasiadas cosas que hacer?
- estamos dentro de la rueda de hámster de la vida y no sabemos ni lo que tenemos entre manos?
- no sabemos decir que no y por eso nos vamos cargando de cosas?
- no tenemos claros nuestros objetivos y vamos cogiendo todo lo que nos va saliendo?
- no paramos nunca, acabamos agotadas y terminamos diciendo ‘no puedo con la vida’?
- …
- ‘Todas las anteriores son correctas.’
Sí, creo que me quedo con que es un poco (o un mucho) de todas esas opciones.
Y lo digo con total conocimiento de causa porque yo también lo digo (aunque cada vez menos).
Cuando terminé mi formación como coach nos aconsejaron que nos definiéramos un poco más, que describiésemos con el mayor detalle el público al que queríamos acompañar. Yo tenía claro que quería acompañar a las mujeres, pero eso era demasiado amplio: mujeres de qué rango de edad, a qué se dedicaban, tenían hijos o no, trabajan o no, cuál era su estilo de vida, … Fue cuestión de estar un poco atenta y prestar atención a las mujeres que han participado durante este año en mi proyecto ‘¿Quiere té?’, y a mí misma, para saber que a las mujeres que yo quería acompañar eran las mujeres que no pueden con la vida.
Lo primero que busqué en google cuando me di cuenta que no podía con la vida fue “necesito energía” y “cómo tener más energía” (de hecho escribí un libro con ese título que está en el disco duro de mi ordenador esperando el momento para ver la luz). En esa búsqueda aparecieron un montón de herramientas y recursos, pero no aparecía la parte que para mí fue esencial y que considero el origen de cualquier cambio que queramos hacer en nuestras vidas: parar.
Es necesario parar para poder observarme, escucharme, prestar atención a lo que siento en el cuerpo y a lo que me cuenta mi mente. Si no paro me quedo en el modo ‘hacer y hacer y hacer’. Y, en este caso, sigo haciendo cosas para tener más energía, para que me dé la vida y sigo como pollo sin cabeza por la vida.
Para autoconocerme y crecer personalmente es fundamental parar. Y una vez que paro, puedo volver a conectar conmigo, con lo que soy, con lo que siento, con lo que necesito,…para dar el último paso que sería pasar a la acción.
De una forma muy resumida te he hablado aquí de mis tres pilares, de los pilares de SIGUELAESTELA: parar, reconectar y tomar acción.
Y como creo fielmente en estos tres pilares. Como los he vivido en mis propias carnes y como he aprendido y experimentado muuuuuucho sobre estos tres temas, cuando me preguntan quién soy o a qué me dedico, ahora contesto con: “Soy Estela Romeralo, coach de mujeres que no les da la vida para más. Acompaño a estas mujeres a parar, a reconectar con ellas mismas y a tomar acción para vivir la vida que quieren vivir y ser las mujeres que realmente quieren ser.”
¿Te identificas con este perfil de mujeres?
¿Sientes que no te da la vida para más? ¿Cuáles crees que son las causas de que no te dé la vida para más? ¿Cómo te ves dentro de 5 años si sigues sin que te dé la vida?
Me encantará leer tu respuesta.
Y si todo esto te resuena mucho, no dudes en ponerte en contacto conmigo y tener una sesión ‘de mujer a mujer’ conmigo gratuita.