¿Has querido alguna vez crear un hábito en tu vida pero no lo consigues?
¿Comienzas algo nuevo con muchas ganas pero nunca termina de instaurarse como hábito?
Te entiendo perfectamente. Yo también.
Hoy vengo a hablarte de ese hábito que no consigo implementar en mi día a día. Esa acción que quiero que se convierta en prioridad pero que por “h o por b” la pospongo, procrastino (ya hablaré otro día de la procrastinación).
El hábito que más me cuesta introducir en mi vida es la meditación.
Las que me conocéis diréis: “¡No me lo creo! Si tú meditas prácticamente todos los días e incluso has hecho un reto donde has guiado con tus meditaciones a 39 mujeres.”
Sí, totalmente de acuerdo contigo, pero me cuesta. Me cuesta mucho.
Conozco todos los beneficios que la meditación tiene. Y ahora puedo decir que no solo los conozco como “teoría” sino que los he experimentado en mi cuerpo y en mi mente.
La meditación:
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Te ayuda a tener más claridad mental y más foco.
- Mejora la memoria y la creatividad.
- Te conecta con el momento presente.
- Hace que tengas más autoconciencia.
- Te ayuda a ser más paciente.
- Te ayuda a mantener una actitud más positiva ante la vida.
- Mejora tu vida social ya que te hace comprender mejor a las personas. Te hace más vulnerable.
- Te ayuda a dormir mejor.
- Mejora tu salud física y mental puesto que refuerza tu sistema inmunológico, mejora tus sistemas circulatorio, digestivo, muscular,…alivia el dolor, …
- … en definitiva,
- La meditación te hace más feliz.
Como dice Borja Villaseja: “No os creáis nada de lo que yo os cuento. Experimentadlo por vosotras mismas.”
Pues, aún sabiendo todo esto y aún habiendo visto sus beneficios en mí, reconozco que es un hábito que me cuesta. Y como ésto va de “darme cuenta para hacerme cargo”, una vez que ya lo tengo identificado, solo me queda ver qué puedo hacer para que forme parte de mis rutinas diarias. Y de eso os voy a hablar.
También sé que no soy a la única que le pasa. Muchas me habéis escrito diciéndome que os gustaría meditar pero que no podéis, o que no sabéis cómo, o que no encontráis el momento. De estos dos sumandos (mi darme cuenta + el vuestro) nació el Reto 15/15/15 PARAR ES URGENTE que tuvo lugar en el mes de Junio, un reto donde durante 15 días, meditamos 15 minutos al día en directo, online y grupal.
Este reto me trajo muchísimos aprendizajes y márgenes de mejora gracias a los feedbacks de las 39 mujerazas, por lo que hoy quiero hablaros de su segunda edición, como os digo, mejorada.
Quiero presentaros el próximo reto que os propongo para septiembre:
“Reto 21/21/21 PARAR ES URGENTE”
Sí, sé que te has dado cuenta. En la primera edición era 15/15/15 y ahora crece a 21/21/21 porque así me lo han propuesto la mayoría de sus participantes. 15 días se les quedó corto y 15 minutos también, así que este reto pasa a ser durante 21 días de lunes a viernes y 21 minutos. Lo que se sigue manteniendo es el precio: 1€ al día.
¡Te propongo un ejercicio!
Me gustaría que cerraras los ojos y que visualizaras esas mañanas que tanto necesitas: levantarte sin prisas, en silencio, teniendo tiempo para ti, para tomarte esa infusión o ese café, quizás para hacer unos minutos de estiramientos, tal vez tener unos minutitos para leer un par de páginas, o simplemente para estar embobada viendo amanecer.
Este reto te va a permitir tener ese tiempo y esa calma por las mañanas tras el ratito de meditación en directo rodeada de más mujeres como tú que, al igual que tú, necesitan vencer la pereza de las mañanas, necesitan priorizarse y necesitan parar.
Hoy se abre el plazo de inscripción de estos magníficos 21 días que comienzan el 2 de septiembre.
No le des más vueltas.
Sí eres capaz de madrugar y sí eres capaz de meditar aunque ahora no lo creas. Como decía Robin Sharma, “La vida de primera clase empieza donde termina tu zona de confort.”
El momento de salir de tu zona de confort es ahora.
Yo quiero vivir una vida de primera clase. ¿Y tú?